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Rebobina. Daisy Tracy Macy.

Rebobina.

- ¿Mas?

Sí, hasta el principio.

- ¿Cuál?

El principio de todo.

Son solo tres amigas que se van de viaje. Se van a follar. Daisy, Tracy y Macy. Daisitrisimisi, si lo dices rápido. Ellas se ríen. Se ríen mucho. Conducen deprisa y se ríen. Se ríen mucho. Han terminado el High School y en un par de meses empezaran en el College. Bueno, quizá, no saben. Se ríen. Se ríen mucho. Lo que quieren es un marido que las mantenga. Se ríen. Se ríen mucho.

Por eso viajan hasta la ciudad. Las tres en un Cadillac El Dorado, del 76. Es negro. La tapicería es blanca. Es del padre de Daisy. Se lo ha dejado para que lo celebren pero solo puede conducir ella. Ahora conduce Tracy. Ellas se ríen. Se ríen mucho. No hay mucha distancia desde el pueblo hasta la ciudad. Pero el autobús pasa cada mucho tiempo y es viejo, incluso, huele mal. Esta lleno de negros y de paletos. Es mucho mas seguro que vayan en el coche. Se lo dijo la madre de Macy. Además, les miran mal. Ellas no hace nada malo pero ellos les miran mal siempre. quizá dejasen de hacerlo si olvidasen que sus abuelos cuando eran jóvenes, y no tan jóvenes, se divertían echándose una sabana sobre la cabeza y cazando animales. Animales que les miran mal.

El viaje hasta la ciudad es corto. Apenas tienen que repostar una vez. El Cadillac consume mucho. Es de marchas. Ellas no saben muy bien cuando hay que cambiar. A veces el motor hace mucho ruido pero el coche no va muy deprisa. Se ríen. Se ríen mucho. Ellas han estado ya en la ciudad. Solas no. Juntas tampoco. A veces van con sus padres. A cenar, o de compras, o a ver algún familiar que se fue del pueblo hace tiempo. Dicen que en el pueblo nunca ocurre nada. En la ciudad a ellos tampoco les ocurre nada pero cuando ponen las noticias han sucedido muchas cosas. En el pueblo nunca sucedía nada, ni siquiera salía en las noticias. Excepto cuando daba comienzo la temporada de caza. Solía el padre de Daisy, y el Tracy, y el de Macy. Pero hoy no van a visitar a ningún familiar. Ni vienen con sus padres. Ni están solas, están juntas. Y se ríen. Se ríen mucho.

Llegan justo a la hora de comer. Ellas siempre comen en el mismo sitio cuando van con sus padres pero resulta que no es el mismo para las tres. Deciden probar otro sitio nuevo. Además, esta cerca de la zona que les han recomendado para estar por la tarde antes de que se tengan que volver. Es una cafetería que sirven menú. Y carta. El menú les gusta, creen. Preguntan si pueden compartir uno para las tres. Les dicen que no. Siguen mirando la carta. Coca cola. Grande. Una hamburguesa. Sin lechuga. Ni tomate. Ni nada que sea vegetal. Queso si. Y un sándwich de pollo. Y otra hamburguesa. Pero sin queso. Y patatas fritas. Gracias. Les ha atendido un chico joven. Les gusta. Se ríen. Se ríen mucho.
- No esta mal.
- Tiene buen culo.
- Si, no esta mal.
- ¿Pero que le ves de malo?
- No se, es el primero que vemos.

quizá Macy tenga razón y tengan que buscar mas. Pero el les ha sonreído mientras tomaba su pedido. Eso ayuda. Tiene el pelo sucio de grasa. O quizá se peine así. quizá este de moda en la ciudad. No lo saben. Es el primero que ven. Todavía tienen que darse una vuelta a ver si van llegando los estudiantes. Estarán con ellos cuando empiecen las clases pero quieren verles primero. Y follar. En el pueblo también podrían hacerlo pero se enterarían sus padres. Aquí no se enteraran. No tarda mucho en traerles su pedido. Lo trae todo en una bandeja. La sujeta con un brazo solo. Casi se le caen los platos cuando se los va a servir. Les sonríe y les pide perdón. Ellas se sonrojan. Y se ríen. Se ríen mucho.

Se llama Rob. No se lo han preguntado. Ni se lo ha dicho. Pero lo pone en una chapita enmarcada en el logo de la cafetería. Se ha fijado Macy. Suele ser mas despierta para ese tipo de cosas. Pero es muy tímida. Por eso siempre que tiene que hacer algo se lo dice a Daisy, o a Tracy. Y ellas lo hacen. Bueno, Tracy habla mucho pero luego cuando lo va hacer le dice que mejor lo haga ella primero.

- Venga díselo.
- ¿¡yo!?
- díselo tu. Te gusta a ti.

Daisy la mira con una cara confusa. No sabe si quiere trasmitir vergüenza y odio. O las dos cosas. Pero no sabe si se avergüenza de ella, o de su amiga, y si odia a su amiga, o a ella misma.

Llama al camarero.

- ¿Oye como te llamas?
- Rob, lo pone aquí. Responde mientras señala la chapita y recoge los platos vacíos.
- Ya lo sabia, lo había leído antes.
- ¿Entonces por que lo preguntas?. Responde mientras se marcha con la bandeja llena de platos sucios. sonríe.

Lo has hecho fatal tía. Daisy responde otra vez con su cara confusa de odio, y vergüenza. Ahora también siente atracción. Y confusión.

- Tienes que preguntarle a que hora sale.
- ¡Pero pregúntaselo tu!
- No, hazlo tu que ya le has saludado.

- ¡Rob!
El se acerca, despacio, despistado. No tiene ninguna prisa. Ni gana.
- ¿Queréis postre?
- ¿A que hora sale?
- ¿El postre? están ya preparados.
- No, a que hora sales, tu.
- Ah… yo, dentro de poco pero me tengo que ir a mi otro trabajo.
- Oh… trabaja en dos sitios… ¿en otra cafetería?
- No, es un taller de un pueblo que esta a… El encargado tose. Rob se da la vuelta y le ve la cara. Es inconfundible. Solo emite odio.
- ¿Quieren postre?
- No, no, gracias… nos puedes traer la cuenta.

Vuelve con la nota y otra sonrisa. Ya van tres o cuatro. Debajo del ticket hay un tarjeta del taller. Es el taller del pueblo. Se ríen. Se ríen mucho.

Pagan entre las tres, dejan propina. Mas de la cuenta. así Rob se acordara de ellas. Ahora salen a buscar mas chicos. Pasean entre calles sucias, grises, no hay mucha gente por la calle. Andan deprisa. así parece que saben a donde van. Como todos los demás. Si fuesen despacio y mirando lo que les rodea parecerían unas paletas que acaban de llegar a la ciudad. Ellas no lo son. Ellas van a estudiar aquí el año que viene. Entran a un pub que les dijo otra chica del pueblo. Bueno, ahora ya no es una chica. Pero es la otra chica del pueblo que estudio. Decía que venia aquí a tomar café por la tarde. Ahora hace café para su marido. Dejo de estudiar. Su marido la mantiene. Dice que le conocía en este pub. Si ellas consiguen un marido antes de empezar a estudiar, no tendrán que estudiar.

Avanza un poco.

A ultima hora de la tarde no han encontrado marido. Oscurece. Tienen que volver. Vuelven cansadas de tomar café aguado y sin marido. No tienen ganas de hablar. Ni de reír. Ni de reír poco siquiera. De follar si. Pero no han encontrado marido. El paseo de vuelta hasta el parking donde dejaron el coche es en silencio. Despacio. Muy despacio. No les importa parecer unas paletas. Ni ir mirando fijamente a todos los hombres con los que se cruzan. Buscan marido. Buscan marido que les folle. Buscan marido que les folle y les mantenga. Buscan marido que les folle, les mantenga y no les haga ir a clase. Muy muy despacio.

Llegan hasta el coche que sigue en el mismo lugar donde lo dejaron. La madre de Macy dijo que tuvieran cuidado donde lo dejaban. Que en la ciudad robaban mucho. Y violaban. Ya les gustaría.

El camino de vuelta al pueblo es lento y sin gracia. Aburrido. Ni siquiera pueden dormir. así es la cafeína. Solo son tres amigas con una resaca emocional haciendo un viaje de vuelta a casa en un Cadillac El Dorada, del 76, de color negro y tapicería blanca, hastiadas por pasar desapercibidas en la ciudad y agotadas por la cafeína. Conduce Daisy, es el coche de su padre y solo lo puede conducir ella. Ahora a nadie le parece divertido conducir.

- ¿Lo oís?
- ¿El que?
- Ese ruido
- No te preocupes, ya queda poco.
quizá no supiera para que quedaba poco. Pero poco tiempo era el tiempo de vida que le quedaba al viejo motor del 76.

La tarjeta que había debajo del ticket de la cafetería era del taller mecánico donde trabajaba Rob. Era el único taller en 80 Km. a la redonda, y en el medio de esa circunferencia estaba su pueblo. El teléfono móvil hay que llevárselo siempre al máximo de batería por lo que pudiese ocurrir. Y con saldo. Se lo dijo la madre de Macy.

- Talleres Hogs, buenas noches.
- ¿Rob?
- ¿Si?
- Hola soy Daisy.
- ¿Quién?
- La chica de la cafetería, a la que le diste la tarjeta…
- Ah si… dime.
- Es que tenemos una avería en el coche…
- Si claro…
- Si, de verdad, estamos tiradas en la comarcal con…

Avanza.

Y al cabo de una hora llega Rob en una grúa. Y al cabo de media hora el coche esta enganchado a la grúa. Tracy y Macy viajaran en el coche. Daisy con Rob en la cabina de la grúa. Para que el no vaya solo.

- Vaya faena lo del coche.
- Si, lo que nos faltaba…
- ¿Y eso, os ha pasado algo en la ciudad?
- No, no, es que no ha salido todo como queríamos…
- ¿Por qué? ¿A que ibais?

A follar. Y a encontrar marido. Lo piensa. Pero no lo dice. Solo pone su cara confusa. De vergüenza. atracción. Y odio. Por el retrovisor ve a sus amigas. Ahora si se ríen. Se ríen mucho. Pero no con ella. Y no sabe si es de ella, o de el, o de los dos.
Rob lleva un mono azul. Sucio. Huele a sudor. Las manos las tiene manchadas de algo marrón. Café, grasa. No sabe. Le atrae. Sabe que sus amigas ven la cabina desde el coche, a través del cristal. Ella se apoya sobre Rob y mira la cara de asombro de sus amigas a través del retrovisor central. Quiere reírse de ellas. Se acerca un poco mas a Rob. Le quita algo del pelo. Sus amigas se pegan al cristal delantero de su coche para verlo todo con detalle. La cabeza de Daisy cae hacia el regazo de Rob. Mientras Rob conduce. Rob esta asombrado, mucho antes de que Daisy le abra la bragueta sin decir nada. Desde que se apoyo sobre su hombro no tenia muy claro que iba hacer pero le gustaba. Estaba cansado después de todo el día trabajando, un poco de cariño nunca viene mal.

Avanza.

El coche en el que viajan Tracy y Macy esta volcado en la cuneta. La grúa de Rob esta cruzada en media de la carretera. Rob esta paralizado con las manos agarrando el volante y el pie hundido en el freno. Daisy se limpia la cara. De vomito. No se había atragantado por ser la primera vez que chupaba una polla, que lo era. había sido el olor mezclado de cafetería y taller mecánico, y el sudor, y que quizá Rob no tenga agua caliente en el pueblo. Y que se marea cuando viaja en coche y no conduce ella.

Se bajan de la grúa. Y se acercan hasta el coche. Despacio. Muy despacio. No oyen nada. El motor en ralenti de la grúa. Las ruedas del coche boca arriba aun girando. Ni a Tracy ni a Macy. Se agachan a mirar a través de la ventana y ven dos manchas rojas sobre el salpicadero. quizá antes eran sus amigas. Quizás ella iba en la parte de atrás del coche y no le ha pasado nada. De milagro. Y ha llamado a Rob que ha venido a buscarla con la grua.

Adiós Tracy, Adiós Macy.

Avanza.

Aethern


es jodidamente largo pero creo que merece la pena que lo leais.

Posted by: aethern. en: 14 de Septiembre 2005 a las 08:37 AM

pues si que merece la pena chico. Cabron. Que lo sepas.

Posted by: ridar en: 14 de Septiembre 2005 a las 04:44 PM

tres tias yendo a follar no pueden atraer mas que problemas y tios que son problemas

Posted by: lembd en: 14 de Septiembre 2005 a las 05:18 PM

Vaya! Eso sí que es estilo y técnica.
Muchas gracias por tu comentario.
Iré echando un vistazo a tu blog.

See you.

Posted by: rásselas en: 15 de Septiembre 2005 a las 05:41 PM

Eso les pasa por hacer cosas warras en el coche mientras se conduce....
Bueno,que...¿nos casamos o no?:P

Posted by: Krisma en: 15 de Septiembre 2005 a las 11:41 PM Escribe un comentario









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